Hace cinco años, en 2012, un grupo de personas vinculadas desde hace más de treinta años al deporte villalbino emprendimos esta maravillosa aventura de impulsar, crear y consolidar un club de fútbol base, de cantera con mayúsculas; un exigente reto, con las dificultades que siempre conlleva, pero con todas las satisfacciones y sonrisas, infinitamente más, que generan los niños, el balón y la pertenencia a un equipo siempre bajo una premisa: la igualdad de oportunidades. La participación de todos por igual es la esencia del Club de Fútbol Collado Villalba, también el desafío que nos planteamos día a día, entrenamiento a entrenamiento y partido a partido, sin distinciones ni matices, y unido a unos valores que creemos inseparables del deporte y de nuestra entidad: la formación de futbolistas, pero sobre todo de personas; el compañerismo, el respeto, la deportividad, la lealtad, la autoestima, la tolerancia, la aceptación, el espíritu de lucha, la diversión, la convivencia, la solidaridad, la pasión por el deporte y por el fútbol… Son los aspectos que mueven cada segundo de la existencia de este club, con un esfuerzo, un trabajo y un crecimiento constante desde su nacimiento con doce equipos, multiplicados hasta 24 en la actualidad en siete categorías diferentes: chupetines, prebenjamines, benjamines, alevines, infantiles, cadetes y juveniles. Muchos equipos, pero realmente uno solo, el que integran cada uno de los niños que día a día se entrenan y forman junto a nosotros, pero también el que engloban los padres, las madres, los hermanos, los amigos, los técnicos, los delegados… Es un aprendizaje continuo entre todos y una experiencia indudablemente enriquecedora colectiva e individualmente que va más allá de la formación solamente deportiva. Por eso, este álbum de cromos que tienen en sus manos, es un recuerdo imborrable para los jugadores, los familiares, los entrenadores, los delegados y el club, pero también es una iniciativa más para fomentar los vínculos y la convivencia entre todas las personas que formamos parte de la entidad, entre los diferentes equipos y las distintas categorías, y, por encima de todo, es la representación de una forma de entender el fútbol base: no hay triunfo sin goles, pero tampoco sin igualdad de oportunidades, sin compañerismo o sin deportividad.